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¿Tiene futuro la religión?

¿Tiene futuro la religión?

A Gaffar, de Turquía, le angustiaba la idea de un Dios vengativo, como enseñaba su religión. Su esposa, Hediye, tuvo dudas sobre su religión desde los nueve años. “Me habían enseñado a creer en el destino —comenta—. Como soy huérfana, empecé a preguntarme: ‘¿Qué he hecho para merecer esto?’. A veces lloraba toda la noche. Para cuando cumplí 15 años, ya no sentía nada por mi religión.”

Y USTED, ¿también ha dejado de confiar en su religión? En ese caso, sepa que hay muchísima gente que ha hecho lo mismo. Por todas partes aumenta la cantidad de personas a las que no les interesa la religión. Esta tendencia parece indicar que las religiones no tienen mucho futuro. Veamos como ejemplo lo que ocurre en algunos países.

¿Por qué abandonan la religión?

Cada vez hay más personas desilusionadas por las religiones, ya sea porque estas fomentan o aprueban la violencia y el terrorismo, o por los escándalos sexuales de sus ministros. Pero, como veremos a continuación, hay otros motivos menos evidentes por los que mucha gente se aleja de la religión.

  • Mejora en la situación económica. “Cuanto más dinero tienes, menos religioso te consideras”, resume el informe Global Index of Religion and Atheism (Índice mundial de religión y ateísmo). Esta afirmación es significativa, pues en muchos países la economía ha mejorado considerablemente. Según el economista John V. C. Nye, en algunos lugares, la gente disfruta de “un nivel de vida que haría que los reyes más ricos de hace dos siglos se murieran de envidia”.

    LO QUE DICE LA BIBLIA: Las Escrituras ya decían que “en los últimos días” el amor al dinero y los placeres reemplazarían al amor por Dios y la gente (2 Timoteo 3:1-5). Consciente del peligro espiritual al que pueden llevar las riquezas, un escritor bíblico le pidió a Dios que no le diera “ni pobreza ni riqueza”. ¿Por qué le pediría eso? Él mismo contestó: “Para que no vaya a quedar satisfecho y realmente te niegue” (Proverbios 30:8, 9).

  • Tradiciones religiosas y moralidad. Para mucha gente, especialmente los jóvenes, la religión no tiene ninguna importancia y la consideran inútil y anticuada. Otros sienten que han sido engañados. “Si usted analiza el comportamiento de las iglesias a lo largo de los siglos —comenta Tim Maguire, jefe de prensa de la Sociedad Humanista de Escocia—, descubrirá que la gente las ha abandonado porque ya no cree que tengan ninguna autoridad moral.”

    LO QUE DICE LA BIBLIA: Jesucristo dio una advertencia con respecto a los falsos maestros: “Por sus frutos los reconocerán. [...] Todo árbol bueno produce fruto excelente, pero todo árbol podrido produce fruto inservible” (Mateo 7:15-18). Ese “fruto inservible” incluye entrometerse en la política y aceptar conductas que ofenden a Dios, como la homosexualidad (Juan 15:19; Romanos 1:25-27). También se refiere a las costumbres y tradiciones inútiles y sin sentido que han reemplazado a las enseñanzas de la Biblia (Mateo 15:3, 9). Y aunque Jesús mandó cuidar y alimentar a sus “ovejitas”, la realidad es que la gente se siente desnutrida en sentido espiritual (Juan 21:17).

  • La ambición de las iglesias. Según el Centro de Investigación Pew, son muchos los que opinan que la religión le da demasiada importancia al dinero. Y lo que es peor, muchos líderes religiosos viven rodeados de lujos, mientras sus rebaños pasan necesidades. Por ejemplo, en una ciudad de Alemania, el obispo católico ha sido acusado de vivir lujosamente, mientras muchos de sus feligreses apenas llegan a fin de mes. Esto ha indignado a la comunidad. Por otra parte, la revista GEO publicó que en Nigeria, “donde casi 100 millones de personas viven con menos de un euro al día, el ostentoso estilo de vida de algunos pastores se está convirtiendo en un problema”.

    LO QUE DICE LA BIBLIA: El apóstol Pablo escribió: “Nosotros no andamos negociando con el mensaje de Dios” (2 Corintios 2:17, Dios habla hoy [DHH]). Aunque era un conocido ministro religioso de la congregación cristiana, Pablo realizaba trabajos humildes para ganarse la vida y no ser una carga económica para otras personas (Hechos 20:34). De esa manera obedeció el mandato de Jesús: “Recibieron gratis; den gratis” (Mateo 10:7, 8).

Teniendo en cuenta estos mismos principios, los testigos de Jehová ofrecen las publicaciones y los cursos bíblicos totalmente gratis. Tampoco cobran el diezmo ni hacen colectas. Para cubrir los gastos hacen donativos voluntarios (Mateo 6:2, 3).

Estaba predicho que la gente abandonaría la religión

Pocas décadas atrás, nadie hubiera imaginado la crisis por la que está pasando la religión. Pero Dios previó que esto sucedería y lo comunicó por adelantado en la Biblia. Usando lenguaje simbólico, asemejó a todas las religiones que no siguen sus mandatos a una prostituta descarada a la que llamó “Babilonia la Grande” (Revelación [Apocalipsis] 17:1, 5).

Se trata de una comparación muy adecuada, ya que la religión falsa, mientras afirma ser fiel a Dios, “coquetea” con los gobernantes del mundo para tener más poder y riquezas. La Biblia también habla de “los reyes de la tierra que se prostituyeron con ella” (Revelación 18:9, DHH). El término “Babilonia” también es muy apropiado porque muchas doctrinas y ritos religiosos, como la inmortalidad del alma, la Trinidad y el ocultismo, se remontan a la antigua Babilonia, una ciudad inmersa en la religión falsa y las supersticiones (Isaías 47:1, 8-11). *

La poderosa Babilonia cayó cuando “se secaron” las aguas que la protegían, un foso alimentado por el río Éufrates. Esto permitió que un ejército de medos y persas atacaran la ciudad (Jeremías 50:1, 2, 38). De hecho, la conquistaron en una sola noche (Daniel 5:7, 28, 30).

Babilonia la Grande también “se sienta sobre muchas aguas”. Estas aguas —como explica la propia Biblia— “significan pueblos y muchedumbres y naciones”, es decir, son los millones de personas que dan su apoyo a la religión falsa (Revelación 17:1, 15). La Biblia ya predijo que estas simbólicas aguas se secarían, un acontecimiento que anticipa que la “Babilonia” actual pronto será destruida en un abrir y cerrar de ojos (Revelación 16:12; 18:8). Pero ¿quién la destruirá? Sus amantes políticos. Aunque en un tiempo la amaron, llegarán a odiarla. Le quitarán todas sus riquezas y la devastarán como si se la comieran viva (Revelación 17:16, 17). *

Las aguas que rodeaban Babilonia se secaron, lo que representa el abandono de la religión hoy día

“Sálganse de ella”

En vista de lo que le espera a Babilonia la Grande, Dios amorosamente nos dice: “Sálganse de ella, pueblo mío, si no quieren participar con ella en sus pecados, y si no quieren recibir parte de sus plagas” (Revelación 18:4). Dos veces dice: “Si no quieren”. La advertencia que Dios da es para la gente que está molesta con las mentiras de la religión y quiere acercarse a él, personas como Gaffar y Hediye, a quienes mencionamos al principio.

Antes de estudiar la Biblia, Gaffar creía que a Dios se le obedece por miedo. “Fue un alivio saber que Jehová es un Dios de amor y quiere que le obedezcamos por amor” (1 Juan 4:8; 5:3). Hediye se sintió en paz cuando aprendió que Dios no predestina a nadie y que no fue el culpable de que ella fuera huérfana. La consolaron mucho pasajes bíblicos como Santiago 1:13, donde dice que Dios no prueba a la gente con cosas malas. Al conocer la verdad de la Biblia, ambos huyeron de “Babilonia” (Juan 17:17).

Quienes han huido de Babilonia la Grande para adorar a Dios “con espíritu y con verdad” no sufrirán ningún daño cuando sea destruida (Juan 4:23). Esperan el día en que la Tierra esté “llena del conocimiento de Jehová como las aguas cubren el mismísimo mar” (Isaías 11:9).

Dios “no puede mentir”, así que la adoración falsa y su fruto podrido desaparecerán (Tito 1:2). Pero la adoración que es limpia y pura llenará la Tierra y durará para siempre.

^ párr. 16 Si desea más información sobre Babilonia la Grande y lo que la Biblia dice acerca de la condición de los muertos, cómo es Dios y las prácticas espiritistas, consulte el libro ¿Qué enseña realmente la Biblia? También disponible en jw.org.

^ párr. 18 Vea el artículo “El punto de vista bíblico: El fin del mundo” en esta misma revista.