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De padres a hijos

Perdió todo por codicioso

Perdió todo por codicioso

¿HAS tenido alguna vez muchísimas ganas de conseguir algo? *... Eso le ha pasado a todo el mundo. Pero ¿está bien mentir para conseguirlo?... Claro que no. Eso lo haría alguien codicioso. Veamos cómo un hombre llamado Guehazí se quedó sin nada por culpa de su codicia. Él era el ayudante de Eliseo, un profeta del Dios verdadero, Jehová.

Eliseo y Guehazí vivieron hace mucho tiempo, unos mil años antes de que Jesús, el Hijo de Dios, naciera en la Tierra. Jehová utilizó a Eliseo para hacer milagros. La Biblia cuenta que él sanó a Naamán, un importante jefe del ejército sirio que tenía lepra. Hasta ese momento, nadie había podido curarlo de esa terrible enfermedad.

Cuando Eliseo hacía milagros para ayudar a la gente, nunca aceptaba dinero a cambio. ¿Se te ocurre por qué?... Porque sabía que esas obras maravillosas en realidad las hacía Jehová. Por eso rechazó el oro, la plata y la ropa de calidad que Naamán, contentísimo por haber sido sanado, quiso regalarle. En cambio, Guehazí se moría de ganas por quedarse con ese regalo.

Después de que Naamán se fue, Guehazí se echó a correr detrás de él sin que Eliseo se enterara. ¿Sabes qué le dijo Guehazí a Naamán?... Que Eliseo lo había enviado a pedirle un par de prendas de ropa para dos hombres que habían venido de visita.

¡Qué mentiroso! Guehazí se inventó esa historia porque quería quedarse con lo que Eliseo había rechazado. Claro, Naamán no lo sabía, así que con mucho gusto le dio lo que pedía y más. ¿Qué crees que pasó luego?...

Cuando Guehazí regresó a casa, Eliseo le preguntó: “¿De dónde vienes?”.

“De ninguna parte”, le respondió. Pero Jehová ya había informado de todo a Eliseo. Así que el profeta le dijo que lo que había hecho estaba muy mal.

Guehazí se había quedado con dinero y ropa que no le pertenecían. Por eso, Dios lo castigó con la lepra que antes había tenido Naamán. ¿Cuál piensas que es la lección?... Algo que aprendemos es que no está bien inventarnos historias que no son ciertas para conseguir lo que queremos.

Guehazí se inventó una historia que era una mentira. ¿Sabes por qué lo hizo?... Porque era codicioso. Quería algo que no era suyo y, para obtenerlo, mintió. Eso le costó caro: estuvo muy enfermo el resto de su vida.

En realidad, la lepra no fue lo peor. ¿Qué piensas que fue?... Que rompió su amistad con Dios. ¡Nunca cometamos el mismo error! Es mucho mejor ser buenos y compartir lo que tenemos con los demás.

^ párr. 3 Si le está leyendo el artículo a un niño, haga una pausa tras los puntos suspensivos y permita que responda.