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Prisión estatal de Vacaville (California).

25 DE DICIEMBRE DE 2020
ESTADOS UNIDOS

El mensaje de la Biblia sigue llegando a los presos a pesar de la pandemia

El mensaje de la Biblia sigue llegando a los presos a pesar de la pandemia

Cuando las cárceles de Estados Unidos prohibieron las visitas por culpa de la pandemia del COVID-19, cientos de testigos de Jehová tuvieron que dejar de visitar a los presos. Eso significó que miles de presos se quedaron sin el consuelo de la Biblia al que estaban acostumbrados. Antes, los testigos de Jehová iban a las cárceles para darles clases de la Biblia y ofrecerles nuestras publicaciones, pero eso ya no era posible. Así que los Testigos buscaron otros métodos para continuar con su labor siguiendo las medidas de seguridad exigidas por el COVID-19.

Dan Houghton —que organiza la predicación en las cárceles del territorio que supervisa la sucursal de Estados Unidos— dijo: “Estábamos preocupados, porque muchos presos dependen de nuestras visitas para aprender de la Biblia. Y ahora nos necesitan más que nunca”.

Veamos un par de ejemplos de lo que se está haciendo. Nuestro hermano Micah Seierstad pidió permiso a los encargados de la prisión de Vacaville (California) para enviar videos de los programas de JW Broadcasting a esa prisión. La respuesta que recibió fue increíble: le pidieron que mandara videos para transmitirlos por el circuito cerrado de televisión de todas las cárceles del estado de California, 33 en total. Gracias a esto, 130.000 presos tuvieron la opción de ver toda la asamblea regional del 2020 “¡Alégrense siempre!”. El programa se dividió en videos de 28 minutos que se emitían tres veces al día.

Micah dice: “Me impresiona mucho ver lo que Jehová puede hacer. Si él quiere que algo se haga, se hace; nada puede detenerlo”.

Por otro lado, nuestros hermanos se enteraron de que los encargados de la prisión municipal de Sarasota (Florida) querían darles “libros motivacionales” a los reclusos para ayudarlos a manejar el estrés durante esta pandemia. Así que los hermanos les preguntaron si querían Biblias y publicaciones basadas en la Biblia en inglés y español, y dijeron que sí. Además, se hicieron planes para dar clases de la Biblia por videoconferencia. Uno de los reclusos le dijo a su maestro: “Disfruto mucho de las clases por videoconferencia. Me animan a leer la Biblia y me ayudan a ver el futuro con otros ojos”.

Algunos encargados de la prisión municipal de Sarasota recogen en la casa de nuestro hermano Manolo Rodriguez 70 Biblias en inglés y español, y 30 publicaciones bíblicas. Él los ayuda a llevarlas al auto.

Nos alegra comprobar que nada —ni una pandemia ni los muros de una prisión— puede hacer que nuestro querido Padre, Jehová, deje de ayudar a los que quieren conocerlo (Salmo 139:7-10).