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LOS JÓVENES PREGUNTAN

¿Cómo llevarme bien con mis padres?

¿Cómo llevarme bien con mis padres?

 Test

  •   ¿Con quién discutes más?

    •  Con tu padre

    •  Con tu madre

  •   ¿Cuánto discuten?

    •  Casi nunca

    •  A veces

    •  Con frecuencia

  •   ¿Son muy fuertes las discusiones?

    •  No. Las resolvemos rápidamente y con tranquilidad.

    •  Más o menos. Las resolvemos después de haber discutido durante un largo rato.

    •  Sí. Seguimos discutiendo y no logramos resolver nada.

 Si no te llevas bien con tus padres, tal vez pienses que son ellos quienes deberían hacer algo para mejorar la situación. Sin embargo, fíjate en los siguientes pasos que puedes dar para que las discusiones con tus padres no sean tan frecuentes ni tan graves. Piensa en lo siguiente.

 Por qué comienzan los problemas

  •   Estás creciendo. Ahora, te interesas más en conocer el porqué de las cosas. Empiezas a formarte tus propias ideas, y algunas de las opiniones de tus padres pueden parecerte extrañas. No obstante, la Biblia aconseja: “Respeta a tu padre y a tu madre” (Éxodo 20:12, La Biblia Latinoamérica, 2011).

     La realidad: Necesitas madurar y ganar experiencia para saber explicar tus ideas sin ser grosero.

  •   Independencia. A medida que creces, tus padres tal vez te den mayor libertad. Sin embargo, pudiera parecerte que no es ni tanta como quieres ni llega tan rápido como esperas. Esta situación puede provocar diferencias. Aun así, la Biblia dice: “Sean obedientes a sus padres” (Efesios 6:1).

     La realidad. Si usas bien la libertad que ya tienes, tus padres te darán más.

 Lo que puedes hacer

  •   Haz tu parte. En lugar de culpar a tus padres por lo que pasa, medita en lo que puedes hacer para conservar la paz. Un joven llamado Jeffrey reconoce: “Lo que causa un problema no siempre es lo que dicen tus padres, sino tu forma de responder. Hablar con tranquilidad ayuda mucho más a suavizar las cosas”.

     La Biblia dice: “En cuanto dependa de ustedes, sean pacíficos” (Romanos 12:18).

  •   Escucha. Samantha, de 17 años, admite: “Para mí esto es lo más difícil. Pero he notado que cuando escucho a mis padres, tengo más posibilidades de que ellos me escuchen a mí”.

     La Biblia dice: “Debemos estar dispuestos a escuchar y ser lentos para hablar” (Santiago 1:19, El libro del Pueblo de Dios).

    Una discusión es como un fuego: si no lo controlas, puede hacer mucho daño

  •   Eres parte de un equipo. Imagina que una discusión es un partido de tenis. Al otro lado de la red debes poner el problema, no a tus padres. Un joven llamado Adam reconoce: “Cuando hay una discusión, los padres piensan en lo que es mejor para el hijo, y el hijo piensa en lo que es mejor para él. Así que, aparentemente todos quieren lo mismo”.

     La Biblia dice: “Busquemos la paz” (Romanos 14:19, La Santa Biblia, de Evaristo Martín Nieto).

  •   Sé comprensivo. Una adolescente llamada Sarah comenta: “Me ayuda mucho recordar que los padres luchan sus propias batallas, que a menudo son tan difíciles como las nuestras”. Carla, otra joven, dice: “Trato de ponerme en el lugar de mis padres. ¿Cómo me sentiría yo si tuviera que criar a un hijo en estas circunstancias? ¿Qué sería lo mejor para él?”.

     La Biblia dice: “Que nadie busque su propio bien, sino el bien de los otros” (Filipenses 2:4, Dios habla hoy, 2002).

  •   Sé obediente. Esto es lo que la Biblia te pide (Colosenses 3:20). Las cosas irán mucho mejor si obedeces. Karen dice: “Mi vida es menos estresante cuando hago lo que mis padres me piden. Ellos han hecho grandes sacrificios por mí, así que obedecerles es lo menos que puedo hacer”. Sin duda, la obediencia te ahorrará muchas discusiones.

     La Biblia dice: “Donde no hay leña, se apaga el fuego” (Proverbios 26:20).

 Sugerencia. Si se te hace difícil expresar lo que piensas, trata de escribirlo en una nota o un mensaje de texto. Una adolescente llamada Alyssa dice: “Hago esto cuando no estoy de humor para hablar. Me ayuda a decir lo que quiero sin gritar o decir algo de lo que me pueda arrepentir después”.